Volumen 13 - Nº 75
Junio - Julio 2003

APRENDED, INDIOS POBRES...

Rebelión y poder en la Araucaria y las pampas.
(segunda mitad del siglo XVIII)

Toki. Hacha ceremonial ...

Figura 1. Toki. Hacha ceremonial, atributo de los señores de la guerra entre los reche.

 

Daniel Villar y Juan Francisco Jiménez
Universidad Nacional del Sur


Aprended, indios pobres, esclavos, a matar españoles y a tener chapeados, estribos de plata, chupas y calzones buenos así como nosotros estamos hechos a hacerlo en los caminos, y no estar sujetos...’

(Palabras de seguidores del cacique corsario Llanketruz transcriptas
por el comandante de armas de Mendoza, José Francisco de Amigorena,
en carta al virrey Loreto, 1787.)


En 1771, en un documento español llamado Relación anónima de los levantamientos de indios, un cronista hablaba de un desconocido y dilatado territorio, ubicado en las lejanas fronteras meridionales del imperio de Carlos III y denominado Mamil Mapu por los nativos, al que en su opinión mejor le cabría el nombre de Argel disimulado. La metáfora apuntaba a lograr que los burócratas españoles, relacionándola con la de los corsarios berberiscos, se imaginasen la belicosidad de ciertos caciques de aquella comarca y la virulencia de sus constantes ataques al vital tránsito de caravanas que recorrían el camino entre Buenos Aires y Chile pasando por Mendoza. Dichos caciques acumularon poder y fueron capaces de aunar voluntades y tejer una apretada trama de alianzas sostenida por la beligerancia de sus conductas, la fuerza de sus lanzas y la eficaz utilización de la ideología.

Mamil Mapu significa país del monte en mapu dungum, el idioma de la Araucanía progresivamente adoptado como lengua franca por las poblaciones indígenas del norte de la Patagonia y de la región pampeana desde el siglo XVII en adelante. Ese país del monte se correspondía con la región natural de igual nombre, un área en la que dominan el caldén y el algarrobo (árboles del género Prosopis) y que va desapareciendo gradualmente hacia el Este al hacerse prevalecientes los pastizales de la pampa bonaerense.

No todos los indígenas del Mamil Mapu tuvieron el mismo comportamiento ante los españoles. Algunos comenzaron en actitud de abierta rebelión y, cuando creyeron llegado el momento o cuando las circunstancias los obligaron, pactaron con las administraciones coloniales de la frontera. Seguramente supusieron que, de esa forma, se verían favorecidos en la puja por las hegemonías regionales. Otros persistieron en la rebeldía, incluso al precio de su propia supervivencia. Aquellos y estos pagaron un alto costo en vidas, territorios y recursos. Aun cuando los primeros, asistidos por el apoyo hispano-criollo, imaginaron que podrían resultar vencedores en los conflictos entre nativos, lo cierto es que no lo fueron, si el éxito se midiese con relación a dichos costos.

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