Volumen 17 - Nº 101
Octubre - Noviembre 2007


El virus
de la inmunodeficiencia humana

José Luis Affranchino

Laboratorio de Virología, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales,
Universidad de Belgrano, Ciudad de Buenos Aires.

 

La epidemia global del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) causada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) se ha convertido en uno de los problemas de salud pública más graves que enfrenta la humanidad en los últimos 26 años. Si bien existen medidas eficaces para su prevención y un tratamiento con drogas que evita el progreso de la enfermedad, no se dispone aún de una vacuna que impida la infección con el virus y el tratamiento disponible debe realizarse de por vida ya que no logra eliminar por completo al virus del organismo. Según la Organización Mundial de la Salud existen actualmente alrededor de 40 millones de personas infectadas con el VIH en el mundo y cerca de tres millones de estas mueren anualmente víctimas del sida.

El sida fue inicialmente descripto en 1981 en los Estados Unidos sobre la base de los síntomas observados en un grupo de homosexuales pero luego fue encontrado en otros grupos humanos tales como hemofílicos o individuos que utilizaban drogas por vía endovenosa.

Rápidamente se advirtió que el sida era primariamente una enfermedad de transmisión sexual que no exhibía preferencia por ningún tipo de orientación sexual. Se demostró así que la transmisión del VIH ocurría a través del contacto con fluidos corporales infectados tales como sangre, semen o secreciones vaginales con regiones dañadas de la piel o las mucosas. El VIH puede también transmitirse en forma vertical, esto es, de una madre infectada a su hijo durante el parto o mediante la leche materna.

Se han identificado dos formas del virus del sida, llamadas VIH tipo 1 (VIH-1) y VIH tipo 2 (VIH-2). Si bien ambas son capaces de provocar la enfermedad, las dos formas del virus exhiben importantes diferencias. Mientras que el VIH-1 se ha propagado rápidamente por todo el mundo, el VIH-2 se halla restringido fundamentalmente al África oriental, siendo muy raros los casos de infección por este virus fuera de esta región geográfica. Además, el VIH-2 se transmite con menor eficiencia que el VIH-1 y es menos patogénico ya que la enfermedad que provoca requiere períodos de incubación más prolongados y una vez establecida progresa más lentamente que la enfermedad causada por el VIH-1.

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Pág. 20-25